Наконев Владимир : другие произведения.

Eso es España

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    Все рассказы будут опубликованы на испанском языке и предназначены для испаноязычного читателя. Todos los relatos se publican en español para los ispanoparlantes.

  El diccionario
  Desde hace tiempo vengo diciendo que robar es una parte de la cultura española, y por decirlo me critican muchisimo. Por fín se me ha ocurrido una idea para defenderme contra los discrepantes.
  Cogí un diccionario de la lengua aspañola (del LAROUSSE EDITORIAL. S.L) con 870 páginas y 46 000 palabras y expresiones. Pude encontrar:
  - tres sinónimos de la palabra "amar" - amar, querer, adorar.
  - cinco sinónimos de la palabra "trabajar" - trabajar, bregar, currar, emplear, ocupar.
  - veintiuna (21) palabra en cuyas explicaciones aparece la palabra "robar".
  ¿No lo creéis? ¡Mirad! (por el orden alfabético):
  Afanar, arrebatar, asaltar, atracar, birlar, choricear, desfalcar, desvalijar, astafar, hurtar, interceptar, mangar, pillar, quitar, rapiñar, robar, saltear, saquear, sustraer, timar, trincar.
  ¡Son sólo los verbos! Con los sustantivos alcanzará los cuarenta y tres...
  Al terminar cogí el "Código Penal". Ese libro sólo tiene dos palabras de este tema: robo y hurto, pero en otros muchos párrafos - con otras palabras y expreciones - queda claro: hacerlo es muy malo, o sea "¡ay, ay, ay!". Y no será una palmada en el culete.
  No miré el famoso libro del señor Miguel de Cervantes Saavedra, porque lo que sé, es que lo escribió cuando estaba en la cárcel, por confundir la bolsa del estado con su bolsillo.
  Basándome en el citado diccionario, puedo repetir: "Robar forma parte de la cultura española".
  Dicen que existe un gran diccionario de la Real Academia Española con muchas miles de páginas.
  Termine este ensayo fililógico, y ahora me doy cuenta que mi reloj de pulsera, mi memoria USB y mi dictáfono, robados por agentes de la policía municipal de Madrid, o mis modestas pertenencias, robados al momento de ingresar en la cárcel de Castellón-2 (Albocásser), no desaparecieron por maldad de los españoles, sino por un acto de buena fe; muy arraigada en sus costumbres.

  Notas críticas sobre la cuestión nacional.
  1.
  Andaba por la calle un hombre de nacionalidad no española. A decir verdad, andaba no muy sobrio. Bueno, en realidad iba muy ebrio. Andaba en modo piloto automático, porque su educación no le permitía tumbarse en la calle para dormir. Pues, anda que anda, cuando de repente fue parado por agentes de la policía de nacionalidad española, los cuales le piden que se identifique. Para retenerlo, uno de los agentes le cojió de una de sus mangas.
  Sin embargo, detener su regreso a casa y conversar sobre temas ajenos a su único objetivo no estaba programados en su modo piloto automático; así es que desgraciado, instintivamente, movió todo su cuerpo en dirección a su hogar, donde le esperaba su amada cama, y lo hizo tirando de su brazo para liberarse de esa sombra que lo atenazaba, y se despertó en el calabozo.
  Le acusaron de desobedencia a la autoridad y de causar lesiones a un agente de la policía el cual estaría de baja veinte días.
  ¿Pensáis que me lo estoy inventando todo? Sigo contando...
  Después de cinco meses en la cárcel de Estremera, de forma preventiva, el hombre de nacionalidad no española fue liberado. Provisionalmente, hasta el día de juicio. Juicio en el cual fue absuelto. Eso significa que los ciento cincuenta días entre rejas son un regalo de la Providencia. El policía de nacionalidad española se recuperó de sus lesiones, y como no estuvo de acuerdo con la sentencia del juez, se quejó ante el Tribunal Supremo, donde insistió en pedir una recompensa peculiar por daños personales sufridos.
  El hombre de nacionalidad no española se da cuenta que la pesadilla no acabará nunca; no tiene trabajo, sus papeles caducaron y así... com su escaso dinero, finalmente, compró un viaje de ida en un crucero que atravesando el charco le llevaría a su país.
  - ¡Si encuentro a un español en mi país, le voy a follar por el culo!
  No es la primera vez que oigo esta frase en las cárceles españolas.

  2.
  Un hombre de nacionalidad no española vivía en España. Esta es la otra realidad. Para él no tenía ninguna importancia el donde residir, porque su patria y España son miembros de la Unión Europea. Por eso su tarjeta de residencia española la obtuvo automaticamente. Su vida era casi inpecable, aunque este 'casi' no gustó mucho a ciertos agentes del orden.
   Un día cualquiera, policías de nacionalidad española visitaron al hombre de nacionalidad no española acerca de sus actividades. El hombre con una embriaguez severa, sin embargo entendía todo lo que susedía a su alrededor. Así es que mandó a los agentes a un sitio poco agradable. En ese momento, los agentes cambiaron las palabras por los gestos expeditivos. Esto gustó mucho al hombre de nacionalidad no española.
   Los agentes españoles, cada día más, copian los modos de la policía estadounidense: disparan a todo lo que se mueve. Uno de los agentes disparó y alcansó en un brazo al hombre de nacionalidad no española.
  - ¡Eres hijo de la mala madre! - dijo entonces el hombre y sacó su pistola y disparó a la frente del agente. Puede ser que se tratará de hueso muy duro, puede ser que el ángulo de la trayectoria de la bala fuese mal calculado, pero la bala rebotó en el compartimiento de los cuernos, dejando al agente con una contusión.
   Aprovechando su cercanía a aquella exibición, otros espectadores con uniforme bloquearon al hombre de nacionalidad no española, para detenerlo y encerrarle en un lugar apropiado. Allí aprendió de golpe el significado de un juez, de una sentencia, y de la vida en la cárcel.
   El agente herido se recuperó com éxito. Y no presentó ninguna denuncia contra su rival. Tal vez no quizó perjudicar su futuro de largo plazo.

  3.
   La gente de nacionalidad catalana intentó hacer un referendum de independencia. Los agentes de la policía nacional española intentaron impedirlo con gran energía. Los españoles de la misma nacionalidad abandonaron sus posibles descrepancias y se unieron a sus fuerzas de seguridad del estado (policías y guardias civiles), azuzándoles con furiosos gritos: '¡A por ello, oe!', clamando estrepitosas consignas: '¡Viva España!', '¡Viva el Rey!', '¡Arriba España!'.
   Esto significa que ciertos republicanos y los monárquicos, todos las fachas, gentes de izquierdas y de derechas, populares y socialistas, corruptos, ladrones y yonquis - por unanimidad - se convirtieron en patriotas españoles. Las diferencias están sólo en las manos: los policías alzan el puño, mientras que unos presos de la cárcel de 'Castellón-2' muestran el saludo nazi.
   En el siglo XXI, en la tierra pirenaica, existe esta simbiosis extraña de acuerdos.

  Medicina criminal.(año 2014, C.P. MADRID VII)
  Los médicos españoles han sido los primeros en el mundo en ransplantar una cara con su mandíbula desde un cadáver a un ser vivo. Los médicos españoles curaron con éxito el caso del virus Ébola contagiado fuera de África. En las cárceles españolas también hey médicos.
  Se me ha salido una vertebra de su sitio. Queén sabe que dolor provoca eso, me entiende.
  Escribo una instancia que me mire urgente un médico. En una semana (!), recibo la respuesta: 'Apúntese al médico'. En la cárcel Madrid-7 Estremera eso funciona así: una o dos veces cada mes de repente se oye un anuncio via altavoz: 'Se apunta al médico', y el suelo tiembla de la desbandada de los enfermos. Como sólo los quince primeros en apuntarse estaran en la lista mágica son los que quieren somníferos. Mezclándolos con coca-cola obtienen una substancia para alegría o la tristeza. No lo sé exactamente.
  Así pasan meses, e yo he caído con pulmonía y dos días después con otitis bilateral. Pronto bruscalmente muevo la cabeza y caigo en el suelo, y repito eso un par de veces más, sin muchas ganas de hacerlo. Me ha visto un funcionario. Empieza a preocuparse. Me ayudan ir a la enfermería. El médico me mira con cierta ironía:
  - ¿Qué pasa?
  - Tengo pulmonía y otitis.
  Él coge un tensiómetro y mide mi presión arterial. "¡Imbécil!" - pienso - "Mejor tú rezas ensima de mí. Eso me ayudaría más. En todos países, incluso los países del tercer mundo, usan un fonendoscopio en estos casos". A continuación me pide salir de la sala de consulta, mientras le dice algo al funcionario. Este me acompaña de vuelta al módulo y allí dice:
  - No sabes simular enfermedades y por eso no has obtenido nada. ¡Pórtate como un hombre!
  Me costó mucho no decirle nada. Sólo mire con uns sonrisa significativa. Hasta mi último día en la cárcel de Estremera ese funcionario hacía todo lo pocible por no pasar muy cerca de mí.
   Dos días estuve tumbado en las sillas de la sala de la tele, donde fuman cien presos debajo de los carteles con nota: 'Zona de oxígeno, prohibido fumar'. Encuentro que es muy importante masticar bien la comida, porque es más fácil vomitar. Durante tres semanas, estoy completamente sordo lo cual me ha dejado un ruido constante en mis oidos. Claro que ahora observo con más atención los servicioc médicos que presta la cárcel.
  -Un español pasa cuatro meses con dolor de muelas y prometiendo pagar todo.
  -Un alemán, después de quejarse a su embajada, recibe atención de un dentista. ¡Le curaron cuatro días!
  -Un árabe con parálisis de cara recibe traslado a otra cárcel, cosa que había pedido enesperadamente hace ya mucho tiempo.
  -Un albanés muestra papeles que indican piedras en su riñon, recibe pastillas para resolver el problema, y se queda con úlcera de estómago, porque el médico no le dió pastillas protectoras. Inmediatamente fue trasladado a otra cárcel, sin mirar que estaba previsto que se quedará en Estremera.
  -Un lituano, enfadado de soportar el dolor dental, dijo todo que pensaba y fue trasladado a un módulo conflictivo con la nota: 'Habla mal sobre España'.
  -Un yonqui español al caerse en su celda se da golpe en el higado. Recibió parte por molestar al médico después de medianoche.
  -Un estonio, con temperatura más de 40 grados de Celsius, recibió los puntapies de los funcionarios del módulo 3 del C.P. de Madrid-7 por no responder adecuadamente en el recuento.
  -Un español se libero prematuramente de su condena y de su vida porque tenía problemas cardiacos.
  Cuando viene la temporada del frío un módulo entero cae afectado por la gripe. Los presos que consiguen alcanzar la enfermería reciben pastillas contra alergia.
  - ¡Pero nunca he tenido alergia!
  - Ahora si tienes. ¡Toma! - y la cárcel no tiene ninguna epidemia.
  Primera vez en mi vida ví los piojos vivos en la cárcel de Estremera (Madrid VII). Cuando me fui de allí, me llenó alegría el que los chinches del módulo vecino no podrían tocarme. Me trasladaron en la cárcel Castellón-2 Albocàsser donde yo me apunté al médico. Salí de la consulta más sano que había entrado. Una doctora de mediana edad me miró con escepticismo. En su cara tenía escrito: 'Puedes decirme todo que quieres, he leido tu expediente'. A pesar de esto me pregunta:
  - ¿Tiene usted problemas de salud?
  - Sí, - respondo, - Tengo unos y lo más grave es el problema de mi espalda. Nesecito la radiografía y la consulta de un especialista.
  - No tenemos la radiografía, - dice la matasanos. Después de unos años, me han hecho las placas de mi espalda, de mis pulmones y de un brazo en la radiografía no existente, y el servicio médico de la cárcel de Castellón-2 ha perdido todos resultados.
  Al salir de la cárcel de Segovia no me dieron una copia de mi expediente médico, no me dejaron los medicamentos prescritos por el oftalmólogo del hospital, a pesar de mi petición. Por defecto estoy sano.
  Hay un dicho en España: "Mejor un médico con experiencia que un médico con diploma".

  La educación. (escrito en la cárcel de Castellón II en 2016).
  Los internos cuentan muchas cosas buenas sobre el nuevo jefe del módulo. Es psicólogo. Lleva trabajando 24 años en el sistema, y probablemente sea un futuro director... No sé que nivel profesional tiene, pero en su turno aparecieron los robos en las celdas. Roban prendas, tabaco y otros objetos pequeños. En nuestra celda robaron el gel de ducha que compró mi compañero cuando fue de permiso.
  La tarde en la que descubrimos el robo fue perdida para mi, escuchando como mi compañero de celda blasfemaba y amenazaba con todo tipo de torturas al ladrón (cuando lo encontrará).
  Al día siguiente me acerco al funcionario y le digo que podemos encontrar al ladrón, si lo permite.
  - No vamos a buscar nada, - responde él, - Era necesario haber vigilado mejor. Es la cárcel, - agrega.
  ¡Jeje! ¡Que bueno! Como siempre busco un formulario de instancia y escribo: "Al director. Solicito que usted obligue a trabajar a vuestra propia oficina de seguridad. Con el cambio del equipo de funcionarios del módulo 6 aumento el número de los robos en las celdas del módulo: lo que significa que las 'ratas' aprovechan el tiempo de ausencia de control. ¿No tenéis verguenza de recibir ese tipo de quejas en la cárcel?"
  La misma tarde, dejo esta instancia a la funcionaria en la cabina. Ella lee un par de lineas y me muestra una cara contraida de rabia, y los ojos del tamaño de una moneda de seis centimos.
  - ¿Cómo se atreve usted a esribir esto?
  - ¿Qué?
  - ¡Esto! - y agita el formulario.
  Digo: 'Está escrito al director, no a usted'.
  - ¿Cómo se atreve usted a escribir esto al diertor?
  - No pasa nada, - enfatizo, - El me conoce.
  - ¿Usted entiende lo que esta escrito?
  - ¡Claro que sí! Lo esribí yo mismo, y la primera palabra es 'al director'.
  La funcionaria cree entender que tengo problemas neuronales.
  - ¡Aquí soy yo la que tengo que coger esto!
  - Muy bien. Cójalo, regístrelo y devuélveme la hoja amarilla.
  Con un ligero estupor, ella se gira en su silla y vuelve leer otra vez el texto. Después, me muestra otra mueca de enfado.
  - ¿Usted quiere decir que nosotros robamos?
  - Tranquila. No se ponga nerviosa. Pruebe a leer otra vez para entenderlo que esta escrito.
  Si ella hubiera estado a mi lado, quiza yo podría tener mi rostro destrozado. Pero allí, detras de la reja, ella sólo puede leer de nuevo mi instancia. Cuando me mira, sus ojos disminuen hasta el tamaño de cuatro céntimos.
  - ¿De dónde es usted?
  - Soy ruso.
  - ¿Y qué? ¿No se roba en las cárceles rusas?
  - Menos que por aquí, porque allí matan por eso. ¿Quiere usted que yo lo haga aquí?
  - ¿Por qué usted no pide el traslado a una cárcel rusa?
  - Hace mucho frio por allí, - respondo, - Pero estoy de acuerdo en discutir este tema con usted, más tarde. ¿Va a registrarlo?
  La chica entiende que habla con un idiota imperturbable y lanza su última advertencia.
  - ¿Esta usted seguro de que esto no le traerá ninguna consecuencia a usted?
  Me aburra todo esto y le digo.
  - ¿Usted se da cuenta que yo estoy pidiendo que mejoréis vuestro trabajo, y usted me está gritando?
  La funcionaria, de repente, nota que toda la cola de presos detrás de mí escucha con mucha atención nuestra conversación, y su colega, otra funcionaria, sospechosamente se esconde detrás de la máquina de controles, cambia su mueca 'te mato' por 'buenos días', sella las páginas, corta una y me la da.
  - ¡Muchas gracias por su participación!
  - ¡Muchas gracias a usted por su atención! - le agradezco cordialmente.
  Eso fue la primera y última aparición de aquella funcionaria en nuestro módulo. Quizas sustituía a alguien.
  El director no respondió a mi instancia. Él nunca responde. O muestra su educación, no me da caso, o presume su ignorante. Pero en poco tiempo, corrió a toda prisa a nuestro módulo, cuando los presos atraparon a una 'rata', y en la pelea, casi lo dejaron sin ojo.

  Dieta mediterránea. (febrero 2016, C.P. CASTELLÓN II)
  ¿Qué esEspaña? España es calor. También la corrida o San Fermín. La muchedumbre corre por las calles compitiendo con los animales. Los espectadores en cada esquina en espera de incidencias. Cuando se termina la fiesta en las estrechas calles, empiezan a contar los cadáveres, quenes en sus últimos momentos de vida no dejaron pasar a los toros.
  El flamenco también es España. los gitanos solitos o en parejas gritan "¡O-o-ooo-oo!', o bien "¡-Ay-ay-ayayay-ay-ay!". No sollozan porque las tripas les duelen. Eso se llama canción. Pues, cantan y aplauden para el ritmo.
   España es la dieta mediterránea. Es la joya del país, dice Su Majestad, cuando quiere dar coba a sus súbditos, en sus visitas a la costa de ese mismo Mediterráneo. Todos hablan sobre la dieta mediterranea. Desde los políticos hasta los vagabundos:
   -La dieta mediterránea es... oh, oh, oh..., - y alzan los ojos como si paladearan algo, o mostraran su bobería.
   Sólo los malos extranjeros pueden desir palabrotas malas sobre esta dieta. Y sobre todo si hablamos de la comida de la cárcel.
   A pesar de que el "Reglamento Penitencario" indica que yo como respetando mi edad, mi peso corporal, mi religión y que la cantidad y la calidad de la comida esta controlada por las personas encargadas; en la carcel de Albocásser empece a despertarme con hambre.
   Preguntando a otros presos, descubrí que no era sólo yo quien estaba tan hambriento. Cuando salga de la cárcel vou a repetir y a fotografiar los exquisitos platos que hacen en Castellon-2. De momento, me limito a dar una descripcion de ellos:
   - pasta de tomate con aqua, donde flotan granos de maiz, guisantes y toros de salchicha.
   - la sopa de cubitos de caldo, con huevo batido y trozos de pan.
   - la misma sopa de caldo con fideos.
   - otra sopa, pero sin cubitos de calgo, con grandes trozos de patata.
   - algo cocido con los trozos de piel de cergo rancio con pelos.
   - aqua con alubias blancas, judias verdes y trozos microscopios de jamon.
   - mezcla de arroz, patatas, guisantes, alubias y salchichas raras.
   Casualmente, entre tantos deliciosos platos los presos reciben algo más nutritivo gue les salva, en pleno siglo XXI, de no convertirse en los huespedes de Auschwitz. Pero los problemas digestivos de los presos de la carcel Castellón-2 son de lo más habitual, y dejan fuertes y extendidos indicios por los baños dada de ausencia de cepillos para el water.
   ¿Qué es la dieta mediterrania?
   La idea se queda como algo molesto en mi cabeza, y decido averiguarlo entre los españoles, porque nadie mejor que ellos podra expicármelo. Pregunto a dos internos aborígenes, que por cierto, trabajaban en la cocina de cárcel y les echaron de alli:
   -¿Qué es la dieta mediterranea?
   Ambos se quedan atontados y no me aclaran nada. Solo cuentan las historias de horror sobre los metodos de preparasion de la comida de la cárcel, los cuales no me atrevo a reproducir porque es algo inhumano. Sigo presionando.
   - ¿Qué es la dieta mediterránea?
   Los dos "especialistas" murmuran algo, y uno dice, que la paella es una parte de esa dieta.
   Busco en el diccionario y leo: "Paella - comida hecha a base de arroz al que se añaden otros ingredientes como marisco, carne, pescado, verduras, etc". ¡Creedme!, asi escrito "etc".
   Si alguno de vosotros ha comido el "plov" de la cocina de Oriente Medio, y me dice le gusta la paella, has de saber que eres mi enemigo para el resto de la vida. Las mujeres rusas dicen sobre la paella.
   - Si una perezosa no quiere cocinar, ella puede preparar algo parecido.
   Mi seguanda pregunta provoca la rabia de mis interlocutores:
   - ¿La comida de la cárcel de Albocsser forma parte, o se parece a la dieta mediterránea?
   - ¡Esta comida es una mierda! Cuando nosotros trabajabamos en la cocina no la comiamos.
   Encontré respuesta cuando pregunté a un bandido de avanzada edad que amaba entrar en los bancos sin tarjeta bancaria, pero con el revolver.
   - ¿Qué es eso la dieta mediterránea?
   El bandido alza los ojos, los cierra, y se lame los labios.
   - ¡Mmmm! Esa dieta tiene como base el arroz, la carne fresca, el pescado fresco, aceite de oliva, las verduras y marisco.
   Le insisto:
   -¿En Holanda esos ingredientes son peores? ¿O qué?
   -¡Claro que son peores! Los nuestros son mediaterráneos...
  Dos semanas después de mi encuesta, la cocina de la cárcel superó a si misma al preparar tres veces en unos días el cafэу quemado, y las hamburgueas con la carne podrida.
  "Eso también es la dieta mediterránea" - pensé yo, y me senté para escribir una nueva carta al director de la cárcel.

  Idiota. (2017, CASTELLÓN II)
  Es una cosa desagradable tener un imbécil en el colectivo. Eso es un problema. Es un problema grave si se trata de un colectivo de la cárcel. Peor aún si hablamos de la cárcel española. En cualquier caso si alguien intenta ofender o, peor, pegar a un pederasta, todo el protocolo sancionador de la 'Legislación Penitenciaria' cae sobre su cabeza por perjudicar la vida de un enfermo.
  Arturo Olivero Severino no era pederasta. Era idiota. Con su tensada y luciente cara de niño de 110 kilos de peso, con el culo proporcionado ponía en alerta a todos. El ciudadano de Costa Rica, con sus 33 tacos entró en la cárcel española por una razón prozaica: tenía un kilo de cocaina en su equipaje.
  - Soy una persona educada. Estoy aquí por equivocación. He cometido un fallo. No se puede castigar así, por la primera equivocación, - dijo él.
  Durante las dos primeras semanas, Arturo aprende inglés y pregunta a todos sobre las posibilidades de vender cocaina en Inglaterra. Asombrado descubre que aquella isla ya esta en la Comunidad Europea, donde él ya está fichado como narcotraficante en el ordenador común. Arturo cambia su idea. Con interés empezó buscar otros caminos para el futuro de su mercancia en países exóticos como Rusia o China.
  Para él fue una sopresa tremenda averiguar que en Rusia pueden caer quince años los frios siberianos, por cualquier cantidad de substancias estupefacientes. Y peor en China, donde obligan a los familiares a comprar dos cartuchos de 'kalashnikov' para evitar circunstancias no previstas por el fallo del primer cartucho.
  Más adelante, el costarricence demuestra un buen comportamiento. Limpia cristales y maneja la fregona. Además, se apunta a un curso de soldadura, y se le traslada a otro módulo.
  - Me van a meter en un módulo de respeto. - dijó él con aplomo, - No cualquier persona puede estar allí.
  Dos meses más tarde, los rumores indicaron que el futuro soldador se encontraba ya en el módulo conflictivo. Por una pelea. Finalmente, de modo irremediable aparece otra vez en nuestro módulo seis. El módulo para los yonquis.
  - Todos me ofenden. Todos me provocan, - chillaba él a los funcionarios.
  Sólo pasó un mes, y se fue a descansar a islamiento. Por una pelea. De allí, vuelve al nuestro módulo. Nadie podia estar con él en la celda, ni un corto tiempo. Todos intentaban cambiar el rumbo para no toparse con él.
  Mientras tanto, don Arturo buscaba ser expulsado a su país. Los extranjeros con condenas cortas tendrían la posibilidad de ser expulsado de España cumpliendo cierta parte de la condena, en este caso la mitad.
  - ¡Eh, ruso! - me llamó él cuando entré en el comedor, y mostrando una pizca de sal en el cuchillo de plástico anadió - ¿Quieres snifar? Yo sé que a los rusos les gusta cargar la nariz.
  - Yo no hablar costarricence. Por eso no entender gordo idiota, - digo yo.
  - ¿Qué has dicho? - se enfadó Olivero Severino y alzó la mano, desde lejos.
  Todos los que lo han visto no paraban de reír. No quedo nadie en el módulo a quién no provocara, por lo menos una vez, este ser bien educado.
  Cuando le han trasladado para expulción, el módulo vecino envió al nuestro sus felicidades cordiales, porque allí lo conocían también.

  La política y los políticos.(2015)
   La política y la cárcel. La cárcel y los políticos. Son cosas inseparables en España. A los españoles que hacen política profesionalmente y que están en la cima de profesión les gusta cortar cintas de inauguración. Lo mismo da si la cinta abre una nueva cárcel. España tiene muchas cárceles aunque no tantos como políticos, sin embargo para las pocas cárceles nuevas, el país tiene suficiente políticos para inaugurarlas.
  Año 2008... se abre el nuevo centro penitenciario de Palma de Mallorca. María Antonia Munar, la presidenta del Consell, corta la cinta. Pasarán diez años cuando ella vuelva a pasar el umbral de la cárcel, esta vez como una interna más. Su condena es larga. Está castigada por varias prevaricaciones y malversaciones que son el tema de otros relatos.
   2008. Acabaron la nueva cárcel de MADRID VII Estremera. El manipulador de las tijeras es el afortunado y sonriente Francisco Granados.
  - ¿Qué le ha parecido a usted la cárcel? - le preguntaron los periodistas.
  - De verdad me gustó, - dice el político honesto.
  ¡No mintió! En el año 2014, entró a cumplir su prisión preventiva en el módulo 3, donde estaba yo. Estando encerrados los políticos se comportan bastante bien. Don Francisco ya podría salir a la calle, porque su conducta era impecable, pero - por desgracia - los sabuesos policías encontraron un maletín con casi un millón de euros en efectivo, y en casa de sus suegros. Claro que nadie quiere reconocer aquel maletín como suyo.
  ¡Hay mucho dinero sin propietarios en España!
  Un año más tarde, el preso Francisco Granados se acordó de repente de que dinero fue suyo. Le había traido de Suiza y había olvidado completamente su existencia en el armario de su suegra.
  Los ladrones de casas se han dado cuenta que hay que revisar las viviendas, particularmente las de los suegros de los políticos. Donde, por casualidad, pueden olvidarse maletines llenos de dinero.
  En el mismo año 2008, el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, apresuradamente abre una nueva cárcel en el pueblo de Albocàsser. Tenía tanta prisa que muchas de sus obras fueran solo chapusas. Don Carlos - sabiendo esto - decidió cumplir su propia condena en una cárcel madrileña, y no en su propia provincia.
  Me parece que los políticos tienen que ser más serios para inaugurar obras públicas como las cárceles. Por ejemplo, organizar un puti-club o integrar un par de Macdonalds en cada nueva cárcel.
  En el año 2015, los políticos de Cataluña, con Artur Mas de presidente, cortaron en trozos una cinta de inauguración en la entrada de una nueva cárcel catalana. Esta incluía sauna y jacuzzi. ¡Eso es bueno! Hay que pensar en el futuro. Por cierto, el señor Mas no ha sido condenado a pena de prisión aún.
  Según los telediarios, durante los últimos años, muchos políticos españoles entraron involuntariamente a las cárceles. No los he contado, pero la tele dice que cada cuatro horas y media un representante del pueblo entra en un espacio limitado por barrotes.

  Quebrantamento del régimen. (2014, C.P. MADRID VII)
  En la celda de la cárcel de Estremera (Madrid VII) donde me han metido estaba un español y una tele. Esa última era para mí como un mueble, porque mis problemas de la vista no me permiten verla sin gafas. Por eso, cuando mi compañero de celda empezaba ver sus favoritos 'The Simpsons' yo cambiaba la posición de mi cuerpo para ver mis ensueños.
  Por el módulo pasó la inspección que encontró una tele ilegal en nuestra celda y avisó a los señores internos que
   'El día 15.10.13 en el módulo 3 se procede a una inspección rutinaria de las TVs y videoconsolas, el televisor de la celda ocupada por V.N. y "fulanito" queda retenido debido a que dicho aparato figura a "julanito", interno, que al día de hoy, está destinado en MADRID III. Los hechos anteriores descritos legalmente constitutivos de una falla GRAVE recojido en el apartado B del artículo 109...
  ... Por unanimidad, imponer al interno arriba citado la sanción de privación de paseos y actos recreativos comunes 10 días'.
  Mi pregunta ingenua ¿qué tengo que ver yo con su celda y su tele? no alcanzó a los jidos de los funcionarios.
  Aguanté el castigo durante diez días en la celda, y después, cogí 'Reglamento Penitenciario' para consultarle y escribí la carta al director de la cárcel.
  'Estimado señor Director Con mucho honor tengo que informar a usted que he cumplido con mucho éxito el castigo de privación de paseo según la hoja de Cumplimiento de Sanción que ha firmado usted. De mi parte deseo a aclarar ciertas cosas de este caso. Yo estuve castigado por un hecho de cual no tuve ninguna relación, pero cuando he intentado defenderme delante de los funcionarios responsables del curso al hecho, me parecía que yo había hablado con sordos. Paso a detallar los presuntos fallos de mi caso. 1. Yo no recibí ninguna cartilla o folleto informativo, y de las normas del régimen interior del Centro Penitenciario en el día de mi ingreso ni en el primer día en el Centro MADRID VII Estremera, y no la tengo hasta hoy (mi instancia a ingreso del día 02 de enero de 2014) 2. Me habéis metido en la celda sin revisar si la celda cumple todas normas interiores del C.P. de MADRID VII. 3. La hoja de Cumplimiento de Sanciones no tiene firma de un médico oficial del Centro Penitenciario, e yo no estuve observado por él, mientras que en aquel momento yo tenía gravisimos problemas con mi columna vertebral, y no recibí ninguna solución con mi instancia a la enfermería (05 de noviembre de 2013)- 4. Según el artículo 45.4 RP el castigo cumplirá en el modo individual, mientras que yo tenía que estar aislado con otra persona y por su culpa de incumplimiento de las reglas del Centro. Este caso podría provocar el conflicto entre dos individuos. En todo caso yo agradezco mucho a usted para darme el otro tema para mi futuro libro que yo escribiré cuando salga de la cárcel. P.D.: Yo no puedo ver la tele de la corta distancia sin gafas especiales, y no voy a pedirlas porque ya lo había probado solucionar mi otra necesidad de las gafas para leer y ustedes me lo habéis denegado. Atentamente'
  Al día siguiente paso cerca del jefe del módulo saludandole-
  - ¡Buenos días!
  El guardia silenció mirando las grietas en el techo. Yo esperé un par de segundos, pero el jefe dejo de mirar el techo y empezó a observar los cordones de sus zapatos.
  'Vete a... donde quieras', - pienso yo. Tampoco lo saludaré en los siguientes días, hasta que él me salude primero.
  La venganza del jefe del módulo vino más adelante. Cuando caí con pulmonía me metieron en la celda a un yonqui árabe. Sabía cómo podía curarme más rápido inhalando el humo de hachis.
  El director del Centro Penitenciario de MADRID VII Estremera no me contestaba, tampoco molestaba, pero me equivoqué pensando que él director se había olvidado de mi: fui trasladado al Centro Penitenciario de CASTELLÓN II, una cárcel de régimen especial, donde encontraré una rica variedad temas para mis relatos.

  Cataluña no es España.
  ¿Puede gustarle a alguien la cárcel? Suena raro, pero ¡sí puede! El tránsito carcelario me ha metido en Brians, la cárcel barcelonesa. Muy asombrado ví allí a los presos encargados de la cocina equipados con bata, gorra y guantes al distribuir la comida.
  ¡Eso es Cataluña! ¡Eso es la civilización! En todas las cárceles de España donde estuve ignoraban los reglamentos de la cocina. En Brians la posibilidad de encontrar el pelo en la comida es nula. ¡No solo eso! Los platos eran bien elaborados y la cantidad superaba mis capacidades.
  ¡No era el único misterio! En la cárcel de Brians está prohibido fumar en los calabozos. En Soto del Real, Estremera, Valdemoro, Zaragoza, y más tarde en Albocàsser, obligan a tolerar no fumadores manteniéndolos un par de horas en una niebla de humo de tabaco y porros, y a veces sin ventilación.
  En España no le importa a nadie la salud. Ni su propia ley antitabaco que prohibe fumar en espacios públicos. La cárcel no es espacio público, ni tampoco un lugar donde cumplan las leyes. ¡De verdad, 'Catalonia is not Spain'! Cada día respeto más y más esa nación.
  Después de traslado a CASTELLÓN II, donde me robaron muchas pertenencias en el módulo de ingresos, y la comida allí indicaba que por lo menos un cocinero tiene vinculos familiares con los dueños de la cercana granja de cerdos. Escribí un par de instancias a la cocina explicando métodos para preparar el arroz, pero descubrí que allí tampoco saben leer.
  Welcome back to Spain!

  Crimen y castigo.

  Cometí un fallo. Rechacé la invitación de la mafia ucraniana. La oferta era lacónica: ayudarles a torturar y matar a un extranjero para apoderar de su dinero. Fui tonto. Me negué. Aunque en las condiciones de la vida ilegal era mejor estar con criminales, para no entrar en el infierno.
  Hablé con policías de la comisaría de Carabanchel (Madrid) advirtiéndoles que está creciendo una banda peligrosa. ¡Que ingenuo soy! La policía también es la mafia. Fui envenenado por los ucranianos y dos semanas más tarde de aquella conversación con policía me detuvieron como presunto agresor.
  Pasé dos días en calabozos y fui liberado por un Juzgado de Instrucción porque la denuncia de los ucranianos era falsa. Al volver a mi vivienda encontré que mayoría de mis cosas habían sido robado.
   - No pasa nada. Puedes comprar otras, - me dijó el policía jefe de la investigación.
  Sufrí dos graves ataques más por parte de los ucranianos y salí de España con la intención de ir a Inglaterra. Pero en Holanda caí enfermo y pedí ayuda allí. Después de currar mi pulmonía fui deportado a España. Volví con muchos cambios en mi forma de pensar. Un abogado holandés me había dicho.
   - Tu mismo tienes que buscar las soluciónes a tus problemas. En Europa la policía está corrupta y siempre puede llegar a acuerdos con las mafias y con los bandidos, jamas con una persona sola, y no importa si dicha persona es buena y honesta.
  Compré unas balas en el barrio gitano Barranquillas. Me fabriqué una pistola y empecé a llevarla siempre en mi bolsillo. Podría olvidar el dinero, pero no la pistola.
  El día 27.06.2013, jueves, después de trabajo voy por la calle con una bolsa de compras en la mano. En una esquina veo a uno de los jefes de la banda ucraniana. No me preocupo. Ese hombre no ha hecho nada malo contra mí. Paso a su lado y le dejo atrás. Me parece que esta vez él pensaba en otras cosas. Giré mi cabeza una vez y le ví siguiéndome con el teléfono en la mano.
  ¡Bueno, bueno! Chaval, ahora sentiás mucho dolor y miedo, y te visitaré en tus sueños. Metí la mano en el bolsillo y acaricié la pistola. Miré con más atención por donde iba.
  Pasando un callejón pequeño, por la misma acera, veo a un hombre con peluca y chupa blanca aproximándose hacía mi. A mi derecha, en el callejón, un joven con aspecto atlético camina como tigre cerrando la salida de la travesía.
  En ese mismo momento, el hombre con teléfono, ya detrás de mi, me empuja en el hombro obligándome a entrar en el callejón. Le cojo con una mano, saco la pistola y le digo.
   - Nos vamos a otro sitio. Y tú el primero.
  Le disparo calculando el ángulo para prevenir la salida de la bala de su cuerpo, porque hay gente en la calle.
  Cae al suelo. El cañon de mi pistola es corto, la distancia es pequeña y el disparo quema mi barriga. No tengo tiempo para revisarla, porque aún hay peligro detrás de mí. Me giro y veo que el atleta ha cambiado sus pasos de tigre por saltos de liebre y desaparece rápido detrás de la esquina. El de peluca ya se había desvanecido.
  Cambio la bala. El herido da un bote y corre cruzando la calle. Le sigo, y, en el centro de la calle, pego otro tiro contra el asfalto. La victima duplica su velocidad y adelanta el autobús que pasa en ese momento por la calle. El chofer del autobús detiene su vehículo y abre la puerta delantera para coger el pobre mafioso. Después me mira por la ventana y grita.
   - ¡Tío! ¿A dónde vas?
  Le dejo sin respuesta, porque quiero saber dónde está "El peluca". Paso al lado del autobús y en la acera veo como "El chupa blanca" va corriendo ya en unos trescientos metros. Miro al ucraniano refugiado en el autobús y me despido de él moviendo mi mano.
  Este gesto permite después al chofer declarar que le pedí abrir la puerta, pero él con mucho heroismo se negó e impedió que asaltara el autobús, salvando el pasaje y saliendo de aquel lugar. En poco tiempo, el Ayuntamiento de Madrid otorgó una medalla al conductor en reconocimiento a su acto de valentía.
  "¡Bueno! Todos están a salvo. ¿Y que hago ahora?" - pense.
  La terrorífica mafia ucraniana se esconde como ratas. Decido cambiar mi libertad por otro golpe contra los bandidos, enfrentándolos con la fuerza de estado. Quiero ver quien gana.
  Desparramo por allí las llaves de los sitios donde trabajaba, dejo mi bolsa con yogures en un banco para que alguien pueda aprovecharlos y me voy en busca de alguna patrulla de policía. Al encontrar a dos agentes me aproximo y les digo.
   - No me busquéis, he disparado a un mafioso ucraniano.
  Los chavales, con uniforme, se quedaron sin respirar. No creen en su suerte. Bastante amables, me esposan y sacan el arma de mi bolsillo. En unos minutos, tenemos cuatro coches con la misma pintura rodeándonos. Se acerca un policía viejo y me grita.
   - ¿Por qué lo has hecho?
  Yo respondo.
   - I don´t speak Spanish.
  Los primeros policías se quedan atontados, pero callan. Entienden que están a punto de perder el premio. Y tan es así que oigo perfectamente al viejo cuando dice.
   - ¡Chicos! Yo entiendo que habéis detenido vosotros, pero en ¡NUESTRO TERRITORIO!
  "Los chicos" no parecen de acuerdo, y uno de ellos coge el teléfono, y el otro dice algo por su emisora. El policía viejo sigue con su investigación y ordena cambiar mis esposas.
   - ¡Chicos! ¿Quién sabe hablar inglés?
   - Yo.
   - ¡Pregúntale!
   - Why...aaa...you do it? (literal)
   - I´ll tell you later, - digo.
   - What?
   - Later, - repito solo una palabra, para que entienda.
   - Dice que va hablar más tarde, - traduce el policía.
  Viene otro coche de policías con un oficial de rango más alto. Otra vez me cambian las esposas, y la discrepancia continua. El nuevo oficial no participa en ella, y me pregunta.
   - Yo sé que tú hablas bien castellano. ¿Qué pasa?
  Le digo.
   - Busca su teléfono. Es interesante. Allí había dos hombres más.
  El policía asiente con la cabeza, va hasta su coche y dice algo por radio. Después, se acerca a mí.
   - ¿Has hecho tú la pistola? ¡Felicidades! ¿Buen trabajo!
  Yo digo.
   - Limpia mi cara. Mucho calor.
   - ¿No quieres limpiar nada más? - me pregunta con sarcasmo.
   - Si lo necesito, te llamaré, - respondo yo.
  Él se ríe, coge de su coche un rollo de papel y con un buen trozo seca mi cara. Un nuevo oficial sale de su coche recién llegado. Con galones más importantes, y ordena, otra vez, cambiar las esposas.
  "¡Diantre!" - pienso, - "Me sacaréis ampollas con vuestros hierros".
  Pero no pueden cambiar las esposas, porque "nadie tiene llaves de este modelo".
   - ¡No pasa nada! - dice el nuevo jefe, y da el orden de encontrar a un agente con las llaves de ese tipo. Por fín, las encuentran.
   - ¡Quítate el reloj! - me ordena un agente antes de cerrar las esposas.
   Lo hago, y nunca más vuelvo a ver mi reloj. Paradojas del oficio: robados por policías.
  Estoy en el coche. Fuera discuten los policías. En voz alta. Aparece el oficial que limpió mi cara, coge otro trozo de papel higiénico y muy nervioso - sin decir palabra - seca mi cara de nuevo.
   - ¿Qué? ¿Algún problema? - pregunto.
   - ¡Sí! ¿Tú no has visto dónde metió su teléfono aquel hijo de puta? No lo tiene.
  Me encojo de hombros.
   - No tengo ni idea. ¿Entiendes que yo tenía otros problemas?
  La calle está bloqueada completamente con nueve coches. Los policías aún discrepan acaloramente sobre su participación en la hazaña. Viene un nuevo coche. Es el equipo de los expertos. Los policías me sacan del coche y me llevan hasta ellos. De repente escucho una voz detrás de mi.
   - Le apuntaste bien. Esta en reanimación, pero parece que va sobrevivir el cabrón.
  Inclino la cabeza mostrando que he entendido, y nos aproximamos a los expertos. Estos hacen las pruebas y viendo el agujero en mi camisa también me la piden. El jefe de los expertos dice con una sonrisa.
   - La próxima vez dispara con cuidado para no agujerear tu abdomen.
  Estoy de acuerdo.
  Desde las emisoras se oye una voz y todos los que discuten cierran sus bocas: era un boss importante, y ordena que los dos primeros policías me trasladen al otro extremo de Madris a una comisaría lejana. ¡Se acabó! No hay medallas para nadie. ¡Nadie es heroe! Lo siento mucho. Las habéis perdido vosotros mismos.
  En la comisaría todo era amable: nombre, apellido, qué, cómo, dónde, striptease y a la celda. Pido y recibo una colchoneta y dos mantas, porque en el sótano hace frío, mientras que arriba había más de treinta y cinco grados.
  En una celda contigua empezó llorar un español. Él no tenía colchoneta ni manta. Durante la noche, cuando me despertaba, oía puntapìes a una puerta y gritos de:
   - ¡Viva Franco!
  Cada vez que volvía a caer en las profundidades del sueño, yo pensaba: "España, ¿porqué no quieres a tus españoles?"
  Al día siguiente, un policía me dice.
   - Si quieres disparar a alguien más, por favor mátale. Tenemos mucho trabajo con ese herido, papeles y más papeles...
  Me muestro de acuerdo, y el policía continúa.
   - Ahora te van a trasladar a prisión, preventivamente. ¿Quieres algo? Hacer o decir...
  Le respondo.
   - ¡Sí! Si queréis saber algo más sobre la banda, estoy disponible algún tiempo.
  Dos semanas después, dos policías de paisano me visitaron en la cárcel. Tuvimos una conversación, me prometiéron a ayudar (¡ja-ja!). Más tarde, las noticias de la tele indicaban que este año la policía trabaja mejor, porque se ha reducido el número de robos. Y según los rumores intercarcelarios, muchos ucranianos cambiaron sus viviendas por una celda.
  Dentro de seis meses, en Kiev - la capital ucraniana - empezaron a disparar en las calles. Pero no soy yo, porque en aquel momento yo estaré en la cárcel donde me ha metido la Justicia española. Por atacar a la mafia ucraniana.

  Cuando recibí los autos de Tribunal, descubrí que el miembro de la banda ucraniana al que disparé se llamaba Olexandr Muzyka. En el texto consta que el día 27.06.2013 el tal Olexandr iba hacía su casa, cuando de repente un desconocido se aproximo diciéndole en ruso 'tú, ven aquí', y a continuación le disparó en el torax.
  ¡Muy interesante! Sigo leendo. En el atestado de la policía se indica que cuando ellos me pararon, levanté las manos y dije: 'He sido yo el que ha pegado un tiro'. ¡Los agentes de la Policía Municipal mienten más que todos los portavoces de los partidos políticos, juntos!
  El informe de la policía científica señala que mi pistola artesanal funcionaba correctamente. ¡Mentira! Un policía en comisaría me dijo el fallo que tenía la pistola. La fecha de este informe es de 02.10.2013. ¡Tres meses después de los hechos!
  Por otra parte, en el informe médico leí que el bandido ucraniano, después de dos semanas en reanimación y de seis meses de hospitalización, ya puede volver a sus actividades habituales. ¡Eso me gusta mucho!
  En todo este tiempo, la justicia española sige 'trabajando'. Recibí la primera oferta de fianza: ¡sólo treinta y cinco mil euros! Más tarde, la fianza descendió hasta 23.000 ?. Si os digo la verdad, empiezo a lamentar no ser miembro de una banda criminal. Por esa cantidad de dinero podría comprar la libertad.
  Mi abogada, cansada de repetirme que es una abogada de oficio, me dió unos cuantos 'buenos consejos' que me ahogan en la ciénaga de jurisprudencia. Siguiendo su consejo, no he dicho nada en la primera declaración ante el Juzgado de Instrucción, tampoco la segunda vez, cuando era necesario decir todo.
  Por fín, llegué al Tribunal de la Audiencia Provincial. Ante del juicio la abogada decía que yo no tenía razón cuando me decidí a no declarar y, ahora, el fiscal pide para mi diecisiete años de la carcel, pero si reconozco que tenía ganas de matar al 'pobre ucraniano', el fiscal estará de acuerdo en dejarme 'sólo once años encerrado'.
  Sonrío.
   - Para mi edad, diecisiete u once son lo mismo. Significan la cadena perpetua.
   - Está bien que estés de acuerdo, - interpreta mi ironía a su manera la abogada.
  Comienza el juicio. Estoy en banquillo sin esposas, y detrás de mí hay mucho movimiento. La gente entra en sala. La jueza dice.
   - Usted habla bien castellano, por eso no necesita intérprete.
  Muestro mi acuerdo y comprendo que no quieren testigos que más tarde pueden contarlo. El fiscal me pregunta.
   - ¿Reconoce usted que el día 27.06.2013 se ha encontrado en la calle al individuo con el nombre Oleksandr Muzyca, y que se encuentra en la sala ahora?
   - Sí, - digo.
   - ¿Reconoce usted que ha sacado una pistola con intención de matarlo?
  Yo respondo.
   - ¡No! Porque son ellos los que me han puesto en peligro acorralándome en la calle.
  El fiscal mira a mi abogada y alza las manos en una pregunta silenciosa. La abogada está desconcertada y no se mueve. El juicio empieza a desordenanse, pero la jueza impone su orden. Invita a todos a salir de la sala, y suspende el pleito durante cinco minutos, para que la abogada defensora explique a ese 'zopenco' (ese soy yo) qué y cómo tengo que contestar. Mi abogada me lo explica, yo entiendo y el juicio continúa.
   Después de poco tiempo, reconozco que tenía intención de matar a Oleksandr Muzyca sin conoserlo antes. El fiscal no tenía más preguntas. Mi abogada tampoco.
  Los testigos vienen a declarar. Todos son policías. No hay ninguna palabra a mi favor. Incluso el fiscal está cansado de escuchar todo eso y pregunta al policía que fue el primero en espozarme.
   - ¿Le digo el acusado que allí había más hombres, y que él tenía ganas de dispararlos?
   Esas palabras del mismo policía están ya en el sumario. Pero el policía dice.
   - De verdad no me acuerdo.
   Pierdo mi paciencia y bufo. Una mujer, que está presente en el juicio, levanta la cabeza, me mira, y hace una anotación en sus papeles. Ningún miembro del Tribunal me mira a los ojos. Pienso que sienten vergüenza por este espectáculo circense que llaman juicio. El policía que testifica pasa a mi lado enderezando el cuello para no verme. La jueza me pregunta entonces.
   - ¿Cuanto veces ha disparado usted?
   Digo.
   - Dos. Una vez contra el individuo y el segundo contra el asfalto persiguiéndole.
  La jueza repite lentamente.
   - Contra el asfalto...
   Entiende que tiene que terminar este show, y dice a los policías que me lleven. Estos me levantan, me esposan y me acompañan hasta el sótano. No me dejan decir ni la última palabra. ¡Viva la justicia española! ¡La mejor justicia del mundo!
   Mi abogada, que antes del juicio me repetía que no tendría tiempo después, sin embargo baja hasta los calabozos del sótano para hablar. Y entre sus preguntas: que dónde publico mis textos, que en qué idioma escribo, y así, de repente, dice que la embajada ucraniana era la que me había denunciado.
   "Da ty ohuela!" - pienso en ruso sin traducción al español, - "Eso me lo dices ahora, después del juicio".
  ¡Muy bien!
  ¿Tan ingenuos sóis? No entendéis las Leyes Criminales que prohiben a los jefes de las bandas organizadas hacer denuncias y colaborar con la justicia, para no perder su puesto y el respeto de los demás. Si os gusta los ladrones y los asesinos, escribiré en mi futuro libro una invitación a todos hijos de puta del mundo para que vengan a España. ¡Un paraíso para los criminales!

  Recibo más y más papeles de la justicia española. Ya sin asombro veo como en cada papel se crecen las calumnias e improperios. Mi primera frase a los policías en la calle: 'No me busquéis, he disparado a un mafioso ucraniano' se transformó en el primero y en el segundo autos en: 'He sido yo el que ha pegado el tiro'. En la sentencia aparece otro invento: 'Detenganme que acabo de disparar a un hombre'.
  No había ninguna palabra que indicaba que me presenté voluntariamente. Al contrario - como se fuese una burla - en todas papeles se dice: '...siguiéndole la discripción facilitada de los testigos procedieron a la detención...'.
  La primera declaración del bandido ucraniano que en los autos indica: '...se dirigía a él en idioma ruso diciéndole 'tú ven aquí', tirándole de un brazo, observando la víctima...', en la sentencia: 'sin meiar palabra alguna y sin capacidad de reacción ni defensa por parte de éste, le disparó...'.
  El flujo de papeles llega al final. Ya en los últimos, está escrito que estoy condenado a once años de cárcel, que tengo que pagar una idemnización de 22.500 ?, y que los siguientes diez años no debo aproximarme al bandido a menos de quinientos metros. ¡Eso es España, señores!
  Ahora tengo tiempo para meditar y cambios. Lo primero que he cambiado es mi pensamiento.
  ¿Quién es este tipo de españones? Ladrones, mentirosos, envidiosos,y malpensados. Pido perdón a la gente buena que hay por allí, pero creo que no es la mayoría en ese país porque todos dicen: "Para vivir bien aquí, tienes que ser un gran hijo de puta".
  Después de conocer cómo trabaja la policía y la justicia españolas, voy a indagar cómo funciona el sistema penitenciario en España. Tengo tiempo y ganas. En mi libro, prometo decir la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad.
 [] []
La portada y la contraportada del libro "Crimen y castigo" editado en ruso en el año 2018.

  Los cartoncillos peligrosos.
  Todas problemas o peticiónes en la cárcel española se resuelve con las inctancias. A veces eso parece una jugada de ping-pong.
  Instancia a seguridad:
  "Solicito que me dejen pasar la caja de cartón con letras chinas y el ajedrez chino detenidos en ingreso. Atentamente, en Albocàsser, a 25 de noviembre de 2014".
Respuesta: DENEGADO.

Tres años más tarde.

  Instancia al departamento de ingresos:
  "Solicito que permitan pasar mis pertenencias retenidas el día de mi ingreso en este C.P. Atentamente, en Albocàsser, a 06 de marzo de 2017".
Respuesta: NECESITA AUTORIZACIÓN DE SEGURIDAD.

Instancia a seguridad:

  "Requiero una autorización para recuperar mis pertenencias guardadas en el departamento de ingresos. ¡Agradesco de antemano! en Albocàsser, a 15 de marzo de 2017".
Respuesta: INFORME INGRESOS CINTURÓN.

Instancia a oficina de seguridad:

  "En relación con su respuesta a mi instancia de fecha 15.03.2017, solicito que me aclaren ustedes aquella, porque nadie en mi entorno es capaz de explicarme su significado. Por ello yo me permito recordar a Uds. el texto de mi petición: "Requiero una autorización para recuperar mis pertenencias guardadas en el departamento de ingresos".
Para facilitar la compención a un extranjero como es mi caso, propongo a Uds. tres posibles respuestas:
a) Sí, está autorizado.
b) No, no está autorizado.
c) Se resuelva en el futuro.
d) Ninguna de las anteriores.
  Por favor, encierren en un círculo la respuesta correcta. ¡Muchas gracias! en Albocàsser, a 22 de marzo de 2017".
Respuesta (con las letras de 3 cm): INDIQUE QUE PERTENENCIAS DESEA RECUPERAR Y NÚMERO DE RECIBO.

Instancia a departamento de ingresos:

  "En relación con su respuesta a mi instancia de fecha 22.03.2017 presento los datos del recibo:
Fecha - 17.11.2014
NIS - 201301...
Est. - 145
Talón - 73
Recibo - 1
  Objetos retenidos: 1 cinturón, 1 caja de cartón con letras chinas, 1 ajedrez chino.
  Me gustaría recuperarlos todos. Atentamente. en Albocàsser, a 04 de abril de 2017".
  Respuestas: 1 - A LA OFICINA DE SEGURIDAD
  
  2 - CINTURÓN SOLO SI LA HEBILLA NO ESTÁ GRANDE.

  El día de 21 de abril me devolvieron letras chinas y ajedrez diciendo que la hebilla del cinturón es grande.

Instancia a subdirectora de seguridad de la cárcel:

  "Después de 48 días y 4 instancias, y con la valiosa ayuda de ustedes, he escrito un nuevo relato "Los cartoncillos peligrosos", que incluiré en mi futuro libro sobre la cárcel. Sólo me resta añadir un par de matices.
  A saber: ¿porqué los yonquies en esta cárcel pueden llevar el cinturón con la hebilla e yo no? Conozco la respuesta a esta pregunta.
  Sin embargo, la segunda duda me provoca insomnio: ¿porqué el día de mi ingreso (17.11.2014) en este C.P. de Castellón-2, el funcionario de turno me prohibió ingresar unos trozos de cartón con dibujos de las letras chinas, pero me dejó pasar unos zapatos de trabajo con puntas de acero, convertiéndome en un preso armado?... Estoy dispuesto a entregarlas a ustedes, si les interesa.
  Por cierto, me aburre corregir fallos de esta administración penitenciaria".
  Respuesta: BAJO NINGÚN CONCEPTO SE LE VA A RESPONDER ANTE ESTA INSTANCIA PLAGADA DE INSOLENCIAS E IRONIAS.

P.D.: Mi cinturón desapareció en almacen del módulo de ingresos. Es decir fue robado.

a continuación...


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